Los camiones de gas de las gamas Volvo FH y FM reciben un nuevo nivel de potencia de 500 CV, que se une a los anteriores motores de 420 y 460 CV y se presentan como un complemento para los camiones eléctricos en la larga distancia.
Hace cinco años, Volvo Trucks lanzó sus camiones que pueden funcionar con biogás licuado, a menudo llamado bioGNL, que es un combustible renovable que puede producirse a partir de muchos tipos de residuos orgánicos, incluidos los restos de comida. Este combustible puede reducir las emisiones de CO2 hasta en un 100%.
Esta apuesta como complemento destacado para la descarbonización del transporte de larga distancia se consolida con el aumento de las potencias ofrecidas en las gamas de gas Volvo FH y FM que ahora se incrementa hasta los 500 CV, que se une a los anteriores motores de 420 y 460 CV. Además, los motores de gas también reciben importantes mejoras técnicas que los hacen hasta un 4% más eficientes en el consumo de combustible, lo que junto con un nuevo depósito de gas un 10% más grande, contribuye a una mayor autonomía.
"Nuestros eficientes camiones de gas tienen un rendimiento comparable al de sus equivalentes diésel. Repostar es casi tan rápido como un camión diésel y la creciente red de más de 600 estaciones de servicio tanto de bioGNL como de GNL en Europa los hace ideales para transportes de larga distancia", explica Daniel Bergstrand, jefe de producto de camiones de gas de Volvo Trucks.
Ninguna solución por sí sola puede resolver el cambio climático
El refuerzo de la gama de vehículos propulsados por gas encaja bien con la hoja de ruta estratégica de tres vías de Volvo Trucks para alcanzar las cero emisiones: camiones eléctricos de batería, camiones de pila de combustible y motores de combustión que funcionen con combustibles renovables como biogás, HVO o incluso hidrógeno verde.
Por lo que se refiere al biogas, se espera que la producción europea de bioGNL aumente rápidamente para abandonar el uso de GNL fósil. La Comisión Europea ha presentado un plan denominado REPower EU, centrado en aumentar considerablemente la capacidad de producción nacional de distintos tipos de energía. El plan consiste en multiplicar por diez la producción anual de biogás de aquí a 2030*, y el sector ya ha iniciado una fase de rápido crecimiento. También fuera de Europa está ganando interés el potencial del biogás.
"Se necesitan varias soluciones técnicas porque la disponibilidad de infraestructuras energéticas y de combustibles difiere mucho entre países y regiones, y también porque los requisitos de cada misión de transporte pueden variar", comenta Daniel Bergstrand.
¿Qué es el bio-GNL?
El Bio-LNG (también llamado LBG) es un combustible renovable que es biogás líquido (biometano). Cualquier residuo orgánico puede digerirse para producir biogás, por ejemplo los lodos de las depuradoras, los residuos alimentarios, el estiércol y otros productos residuales.
A diferencia del Bio-GNL, el GNL (gas natural licuado) es un gas fósil (metano) que se extrae de reservas subterráneas o submarinas.
El proceso para licuar el biogás es el mismo que para el GNL; el gas se enfría a -162 °C. El combustible ocupa entonces mucho menos espacio, lo que permite llevar una cantidad mucho mayor de energía a bordo del camión, lo que aumenta considerablemente la autonomía.
El objetivo de la Comisión Europea (REPower EU) es multiplicar por diez la producción anual de biogás hasta alcanzar los 35.000 millones de metros cúbicos en 2030*. Ya se ha confirmado que más de 78 plantas de bioGNL estarán listas en Europa para 2024. Se espera que Alemania e Italia, junto con los Países Bajos, sean los países líderes en bioGNL en los próximos años.
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